Los nuevos caminos del sector residencial

La última década ha supuesto un enorme cambio en la percepción del sector residencial para mayores. Y es que, por un lado, ha sido el propio colectivo sénior quien ha dejado de concebirlo como una medio de abandono para pasar a verlo como el lugar más adecuado para recibir atenciones profesionales, no sentirse como una carga de trabajo muy dura para la familia y  encontrarse con gente de la misma edad y situación con la que compartir tiempo y gustos.

Pero, por otro lado, es el propio sector el que se ha modernizado y transformado para que su oferta sea mucho más estimulante. Y se ha empeñado en la creación de espacios de acogida que estén más cerca del apartamiento independiente de vacaciones que de la típica clínica residencial. Son los llamados Senior Resorts, complejos de mayores con todos los servicios necesarios para las personas allí alojadas –viviendas adaptadas a su edad, posibilidad de atención sociosanitaria urgente las 24 horas del día- pero con margen para la independencia y la personalización.

Centros como el  de Aravaca, de Sanyres o los Clubs Adorea de SARquavitae, son ejemplo s destacados de la apuesta del sector para atraer a un perfil concreto de mayores que, de otro modo, nunca se hubiesen planteado la mudanza o lo hubiesen hecho a regañadientes. Además,  también se trabaja con el concepto de viviendas con servicios para estancias temporales: casas para que los seniors pasen las vacaciones con total seguridad y garantías. Espacios como el Santa Pola Life resort, exclusivo para mayores de 55 años, señalan otra vía digna de atención para un colectivo que cada vez alcanza edades más avanzadas con mayor calidad de vida y busca alternativas acordes a su condición.